Siempre compartimos
nuestras actividades de ocio con nuestros niños pero en ocasiones también nos
permitimos alguna escapadita. ¿Dónde? A la montaña, claro.
Inicialmente teníamos una
ruta planeada, pero al encontrarnos un cartel anunciando batida de caza al
inicio del camino, nos hizo desistir de la ruta prevista, y como ya era tarde,
y nos pilló descolocados, pues fuimos al collado de la Nevera de Algimia de
Almonacid y decidimos subir al Pico de
La Ràpita como solíamos hacer antaño.
Aunque antes esta subida
a la Rápita la combinábamos con la subida al Pic Espadà u otras rutas más
decentes, pero al ser ya tarde decidimos esa opción.
Lo primero que nos
sorprendió es que habían instalado tablones de madera a modo de escalones para
evitar la erosión del sendero y también facilitar la subida.
Luego sólo fue seguir el
sendero marcado, tantas veces recorrido.
Una vez pasamos las dos
tetas ya dejamos de ver otros senderistas, y el paseo fue como estar solos en
la montaña. Caminar, oír los pájaros, oír tu respiración, oír tus pasos sobre
las acículas secas de los pinos, oír el viento, oír las ramas crujir al
pasar.... Todo esto sólo se disfruta cuando se camina solo.
Finalmente siguiendo el
sendero y cruzándonos con las múltiples trincheras existentes a lo largo del
camino, llegamos a La Rápita que es el pico más alto de la Serra Espadà,
superando en pocos metros al Pic Espadà.
Y allí comimos
disfrutando del inmenso paisaje.
Luego tranquilamente
volvimos sobre nuestros pasos deshaciendo el camino andado. A medida que íbamos
bajando el tiempo iba cambiando, oscureciéndose las nubes, y ya en el último
tramo nos empezó a llover, una lluvia fría, que hizo que volviéramos a casa
llenos de energía y por supuesto con un resfriado encima.
Pero mereció la pena.
Os dejamos AQUÍ el track
de la ruta.
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