Deseábamos que llegara
Julio para volver al Rincón
de Ademuz. Nos encantó la zona el año pasado y decidimos volver con
nuevos amigos del Club32.
Los guías fueron de nuevo
Vicente y Rosa, buenos conocedores de la comarca, y que nos propusieron hacer de
nuevo la
ruta de los Estrechos del Ebrón, pero en esta ocasión completa, desde Tormón hasta El Cuervo. La idea era dejar un coche al final de la ruta en El
Cuervo, para poder regresar a los coches que quedaran en el inicio de la ruta,
y poder hacer la ruta lineal completa.
Y así hicimos. Con el
inconveniente de que era un caluroso y claro día de verano, una primera parte de la ruta sin apenas sombra y
una hora de comienzo de la ruta bastante tardía.
La ruta tiene su inicio
en las afueras de Tormón, en una
pequeña área donde se pueden aparcar unos cuantos coches, y desde donde se
llega de manera inmediata a la Cascada Calicanto.
Bellísima.
Este entorno sombreado y
fresco pronto desaparece, y se convierte en una pista zigzageante que asciende
y nos permite contemplar los cortes del terreno.
Pero el sol cae a plomo y
nuestros niños empiezan a desfallecer por la calor.
Encontramos un desvío que
lleva a un puente natural formado en la roca, pero que todos desistimos tomar
(excepto uno, el que echa las fotos) porque morimos de calor.
Y cuando parece que ya no
resistimos más, encontramos la primera
pasarela metálica que atraviesa el río
Ebrón junto con las primeras pozas.
Tardamos minutos en echarnos al agua. Un agua limpia y helada, heladísima, pero
reconstituyente.
En ese pequeño espacio
comemos y descansamos.
Luego iniciamos de nuevo
el camino, por estrecho sendero, incluso tuvimos que salvar unas grapas a modo
de escalera en la roca, y tras unos recovecos encontramos otra pasarela que nos
introduce en los Estrechos donde tanto disfrutamos el año anterior.
Pero
continuamos hasta otra pequeña playita donde dejar bártulos y poder bañarnos de
nuevo.
La zona es muy transitada por grupos de Colonias de Verano,
y tuvimos apenas unos segundos para marchar antes de que llegaran decenas de
jóvenes a bañarse también.
Seguimos por el sendero,
hasta llegar al Área recreativa de Pozo de la Olla , donde ya empezaba a
escasear el agua.
Afortunadamente dos
mayores que se habían adelantado, regresaron con coche para llevar a los niños
y con agua fresca, nuestra salvación, porque nos estábamos deshidratando.
Luego ya, sin niños
cansados y con agua, sólo quedaba un camino asfaltado que se hizo rápido. En El Cuervo nos esperaban los niños
jugando en el parque y unas buenas cervecitas de recuperación.
La ruta fue de unos 10 km,
muy bonita realmente, pero que no aconsejamos hacer en verano, al menos la
primera parte, donde apenas hay tramos de sombra.
Os dejamos aquí el TRACK de la
ruta.