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Anillamiento de aves con niños



Una de las actividades que más ganas teníamos de repetir era la de Anillamiento de Aves. Tenemos la fortuna de conocer a Joan Castany que es ornitólogo, anillador, profesor, doctor en biología, entre otras muchas más cosas, y él dedica parte de su tiempo a esta labor tan poco conocida.




El punto de encuentro fue la desembocadura del Mijares, y allí nos explicó el procedimiento del anillamiento. En primer lugar, a las 7 de la mañana monta unas redes donde las aves quedan atrapadas provisionalmente. 

 
Detalle de las redes


Él va recogiendo las aves y las mete en un cajón donde las deja hasta que llega su turno. 

Después va tomando cada pajarillo y lo identifica, obviamente sin necesidad de ninguna guía, aunque nos prestó una para que comprobáramos que no se equivocaba. Determina si es macho o hembra, luego le toma medidas, observa sus plumas, analiza el nivel de grasa que tiene, lo pesa, y nos va contando un montón de cosas interesantes que resulta complicado transcribir. 


Pero a grandes rasgos pudimos conocer que muchas de estas pequeñas avecillas toman la desembocadura del Mijares como área de descanso en su viaje transahariano. Resulta un poco difícil creer que esos pajarillos con 7-8 gramos de peso sean capaces de un viaje así, pero lo son. 

Como anécdota, durante nuestra visita cayeron dos pajarillos que ya había anillado un par de semanas atrás, y pudimos comprobar como habían engordado 3-4 gramos en ese tiempo, por lo que se estaban preparando para partir.


 





 
Los niños por supuesto participaron en la suelta de los pajarillos.




La segunda parte de nuestra visita consistió en un paseo de 1 kilómetro, durante el cual Joan iba identificando las aves según su canto y las iba anotando en su cuadernillo: en el punto 250 metros del trayecto a unos 10 metros especie tal, y así. Andábamos todos alucinados con esa capacidad identificatoria.




Garza real sobre ciprés
 
Nos contó que no necesitaba gps para saber en qué punto del tramo se encontraba, porque se sabía de memoria las distancias, ya que este trayecto lo lleva haciendo desde 1994. 

Más de 20 años realizando esta labor todas las semanas, alternando dos emplazamientos: la desembocadura del Mijares y el Prat de Cabanes, tomando datos siguiendo protocolos normalizados, que forman parte de bases de datos útiles para estudios y publicaciones científicos. 

Ahí es nada.



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