Interesantísima
excursión a la mina oriental (Concesión minera de San Francisco) de Chóvar. Nuestro amigo Adrián Pesudo ha
sido el encargado de hacer disfrutar a grandes y pequeños de la visita a la galería Diana, que fue una de las
labores de mayor importancia y actividad durante la última etapa de explotación
de la mina de mercurio San Francisco, cerrada en 1969.
Comenzamos
la ruta por la pista que nace desde Chóvar con dirección Eslida por la
PR-CV 138 (pequeño recorrido).
Enseguida
iniciamos el ascenso, disfrutando de cerca de las formas rocosas que nos ofrece
la Sierra de Espadán.
Tras
un breve descanso para almorzar, continuamos con el camino, haciendo alguna parada
para escuchar, muy atentamente, las explicaciones que nos hacía Adrián.
Una
vez alcanzada la cota más alta de nuestra ruta, pudimos disfrutar de las vistas
que se nos ofrecía de Chóvar y el Embalse de Ajuez, que pese al mal tiempo,
eran espectaculares.
Ya en el recinto minero de San Francisco, Adrián nos mostró una amplia gama
de minerales, transmitiéndonos a todos su pasión. Para rematar las
explicaciones, repartió entre los asistentes, muestras de Cuarzo y Aragonita,
generando un gran revuelo y entusiasmo.
Pero lo mejor estaba por llegar. A
un lado del camino, entre los restos de un almacén, un transformador de
electricidad y las instalaciones del compresor, se encontraba la entrada de la galería Diana.
Las recientes lluvias hicieron que
la entrada estuviera inundada, pero gracias a la poca distancia de inundación y
al afán de aventura de los más pequeños, nos adentramos con mucho cuidado a
inspeccionar la galería.
Recordar que todos y cada uno de los
visitantes, íbamos provistos de cascos y frontales luminosos, ya que en estos
casos hay que extremar las precauciones. Además contábamos con la compañía y
experiencia de Adrián, sin la cual no hubiera sido posible esta visita, ya que
hay tramos que pueden resultar peligrosos si no se conoce su exacta ubicación.
Por lo que se recomienda no visitar esta galería a modo particular.
La galería consta de unos 200 metros
y su acceso se complicaba conforme nos acercábamos al final, pero el esfuerzo
tuvo recompensa ya que en el último tramo, obtuvimos alguna muestra de los
minerales de cinabrio y barita en su estado más puro.
Después de la salida, paramos a
comer en el barranco y la vuelta fue muy rápida y entretenida recordando todos
los minerales que habíamos conseguido, minerales que en muchos casos serían los
primeros de la colección.
Por último, finalizamos el recorrido
en el embalse de Ajuez, donde hicimos una bonita foto de grupo.
Una ruta para no olvidar.
Os dejamos el TRACK de la ruta AQUÍ.