Vacaciones en Barcelona con niños


Nos gusta mucho el turismo de naturaleza, pero con los niños siempre hay que alternar para conseguir un alto grado de interés por su entorno, y nosotros teníamos la cita pendiente de visitar Barcelona con los niños, así que allá fuimos en un viajecito relámpago.

Barcelona da para mucho, pero nosotros sólo disponíamos de un fin de semana, por lo que tuvimos que aprovechar al máximo, aunque siempre a ritmo de niño.
 

 
El alojamiento lo reservamos con anterioridad. Al viajar con niños nosotros siempre buscamos apartamento o similar pero con acceso a cocina por el tema de las comidas, y realmente fuimos unos afortunados porque encontramos un cuco apartamento en una casa antigua reformada Apartamentos La Hispaniola, en Hospitalet de Llobregat, a precio muy competitivo.

El emplazamiento fue perfecto porque estaba a 10 minutos caminando de dos bocas de metro, la de Collblanc y la de Santa Eulalia, que conducían al centro de Barcelona en unos 15 minutos de viaje. También fue perfecto, o por lo menos a nosotros nos gustó, porque estaba en una plaza de un barrio con mucha vida, de gente trabajadora, mayoritariamente emigrantes, sin problemas de inseguridad y con unas noches muy animadas, ya que tuvimos verbenas las dos noches. Pero igual pudimos dormir ya que afortunadamente las carpinterías exteriores de aluminio eran de alta calidad…

 
Estar en un barrio de estas características nos dio la oportunidad de conocer por ejemplo un finlandés que había inventado un juego de futbol para niños con figuritas de jugadores y fichas de parchís, y que organizaba campeonatos mundiales de este juego.
 


Otra de las ventajas de hacer noche en este barrio fueron los bajos precios de los desayunos y de la comida para llevar, consiguiendo por ejemplo 3 croissants grandes por 1,2€.

Antes de continuar con nuestra experiencia, os recomendamos que planifiquéis vuestro viaje y si tenéis claro qué visitar compréis las entradas on-line en la web  Barcelona turisme, además de que tenéis descuentos, os evitáis las interminables colas. Otro consejo, aunque los niños no paguen en algunas visitas, habéis de sacarles entrada porque lo solicitan para control de aforos. Y por último no os olvidéis de imprimiros los planos turísticos del metro que necesitéis en Mapa metro Barcelona.

Bien, la visita a Barcelona empezó el sábado prontito con la entrada a la Sagrada Familia, siempre impresionante por el exterior.

 
Y por supuesto por el interior.

 


Tras la visita, y como buenos senderistas, nos dirigimos al Paseo de Gracia caminando, disfrutando de la ciudad y de sus edificios modernistas, que nos encantan. Pasamos frente a La Pedrera, con su fachada en rehabilitación, vimos los múltiples establecimientos de lujo extremo, pasamos también frente la Casa de Batlló, nos hicimos fotos junto a las farolas diseñadas por Gaudí, en la fuente de la Plaza Cataluña, y finalmente llegamos a las bulliciosas Ramblas.

Estuvimos callejeando y visitamos el Mercado de la Boquería impresionante por la amalgama de colores y de gentes, que nos incitaba a comprarlo todo.
 




De vuelta a las Ramblas, los impulsos de compra no se pueden evitar ante tanto puesto de venta de recuerdos, flores, cuadros, etc. Y por supuesto, la obligada foto con los mimos.



Al ser Julio, el calor era apabullante, así que descansamos en el Parque de Montjuic, y por supuesto montamos en el teleférico que nos llevó al Puerto de Barcelona. Las vistas generales de la ciudad son estupendas.

 
Y como no, un refrescante baño en la Playa de la Barceloneta para terminar el día. Los niños ya no querían continuar haciendo turismo.

 


El domingo fuimos a visitar el Parque Güell, porque Gaudí nos apasiona y porque además nuestro hijo lo había estudiado en el cole y teníamos que instruirle. Nos encontramos la sorpresa que se pagaba entrada en la Zona Monumental, pero el resto del Parque es visitable y merece la pena, por el trasiego de gente y de vendedores ambulantes, las exhibiciones de pintores, los espectáculos musicales, el entorno, las vistas.

 
Luego fuimos al Parque de la Ciutadella , donde descansamos.

 
Para luego continuar callejeando.

 


Y ya, de vuelta a casa. Nos dejamos mucho por ver, pero los niños tienen su ritmo y sus gustos, a los nuestros lo que más les gustó de Barcelona fue el metro…

Aquí os dejamos un enlace donde podéis encontrar más propuestas interesantes para ir con niños a Barcelona.

Esperamos que esta información os sea de ayuda para vuestro próximo viaje a Barcelona con niños.

 

Acampada con niños en la Tinença de Benifassar


La clausura de la temporada de las actividades del Club 32 la celebramos con una acampada con los niños únicamente para los socios. Era algo que teníamos previsto tiempo atrás y que finalmente se pudo realizar.

El lugar elegido para la acampada fue el Camping Moli Abad en el Parque Natural de la Tinença de Benifassar. Lo elegimos democráticamente, unos porque estuvimos en Fredes el año pasado y otros porque querían conocer el maravilloso entorno.

No pudieron asistir todos los socios, fue una lástima, pero como compensación conocimos una familia nueva en el camping que esperamos se una a nosotros.

El fin de semana de acampada cubrió el sábado y el domingo, y un par de familias afortunadas se quedaron también el lunes.
 
 
El sábado la primera actividad que realizamos fue realizar una corta pero intensa ruta de senderismo con niños al Pont Foradat.

 


Una vez terminada la ruta regresamos al Camping para comer y disfrutar de sus instalaciones, en especial las piscinas, aunque también dispone de campo de futbol y pista de pádel.




De hecho el camping pertenece a un complejo compuesto de hotel, casas rurales, restaurante de alto nivel, etc. pero donde también se podía encargar pan y comidas para llevar sin gastarse demasiado dinero.


Por la noche, preparamos nuestras cenas con hornillos, y cenamos todos juntos bajo una bombilla estratégicamente dispuesta, ya que entre nosotros afortunadamente iban familias con más experiencia en esto de las acampadas.

 
El domingo lo dedicamos a turismo y relax total, porque no todos nosotros dormimos placenteramente en las tiendas...


Cogimos los coches y fuimos a Ballestar, un precioso pueblo donde perderse unos días para relajarse y hacer senderismo.




Luego fuimos a la Pobla de Benifassar donde los niños tomaron unos helados.

 


Y por último visitamos el sorprendente e inesperado Jardín de Peter, que es un espacio en plena naturaleza donde el artista alemán Peter Buch se deja llevar por su creatividad y lo va transformando a lo largo de los años en un pequeño paraíso de imaginación. A los niños les encanta porque conectan rápidamente con este pequeño diferente mundo.





 
El resto del día lo empleamos en el camping de nuevo, en la piscina, y desmontando las tiendas, con un poco de pena, porque pasamos un fin de semana todos juntos estupendo y para no olvidar.