Antiguo camino entre Vall de Almonacid y Matet

Hará un par de semanas hicimos una ruta que parecía estar maldita, batidas de jabalí, lluvia, mala climatología, nos impidieron hacerla antes.

Es una ruta planeada en los viajes de vuelta a casa en el tren junto con Juan José Carrasco de Caminatas a las 8, que fue la persona que nos aconsejó esta ruta de senderismo familiar: el antiguo camino entre Vall de Almonacid y Matet.

En principio puede parecer una ruta poco atractiva, pero se trata de una ruta tranquila, con bellas vistas y con el aliciente de poder enseñar a los niños cómo se comunicaban antiguamente los pueblos, cuando no circulaban coches...

La ruta empieza junto a la Cooperativa de Aceite de la Vall de Almonacid y está marcada como sendero de Pequeño Recorrido (señales blancas y amarillas), así que no hay posibilidad de extravíos. El recorrido se inicia entre olivos, y poco a poco el camino  el camino se va convirtiendo en senda que discurre entre bancales de campos de cultivos.






Cuando nos giramos podemos ver la omnipresente Torre del Castillo de Almonacid.




Pero nosotros continuamos nuestro recorrido llegando a un camino hormigonado, que un poco después de pasar delante de una ganadería de reses bravas, gira a la izquierda para convertirse de nuevo en senda. Este desvío está marcado con fitas.

Seguidamente pasamos el cruce de 4 caminos, donde los caminos de Vall de Almonacid-Matet y Algimia de Almonacid-Gaibiel se cruzan.








Nosotros seguimos dirección Matet. Pasamos junto a un cuco, utilizado en sus tiempos por los pastores para guarecerse del frio y de la lluvia.




Y ya tenemos la panorámica de Matet.




Poco más de medio quilómetro y llegamos a Matet, donde comemos. El riesgo de lluvia nos hace regresar más rápido, volviendo sobre nuestros pasos, y disfrutando de nuevo el recorrido.

Al llegar a Vall de Almonacid merendamos en el área recreativa.

Una ruta senderista de unos 11 km, sencilla, cómoda y bella, perfecta para hacerla con niños.




Castell de Serra


Hace unas semanas volvimos a la Sierra Calderona, a realizar una ruta de senderismo con niños alrededor de Serra.

Inicialmente  la ruta prevista era llegar hasta el Alt del Pi, pero parte del grupo se perdió por el camino de llegada a Serra, y la hora de inicio de la ruta era ya muy avanzada y se pretendía terminar pronto.

Así que desde la Plaza del Castillo que fue nuestro punto de partida, tomamos un senderito directo al Castell de Serra, subiendo un desnivel de unos 200 metros en apenas medio quilómetro de distancia.






La subidita fue intensa, pero el hecho de tener una panorámica espectacular de Serra nos animaba a continuar subiendo.




Como siempre, el esfuerzo mereció la pena, porque desde allí pudimos observar distintos puntos que ya habíamos visitado:











Y el próximo monte que vamos a subir de la Serra Calderona, L´Oronet

Al avanzar un poco  más divisamos el Castell de Serra. Una fortaleza del siglo XI de origen árabe. Pertenecía al sistema defensivo de Valencia, junto a los castillos de Náquera y Olocau. Precioso en la distancia, con la Mola de Segart al fondo.



Una vez allí, pudimos comprobar que el estado de deterioro era avanzado, quedando únicamente en pie la Torre del Homenaje.

Después ya fue bajar hasta enlazar con una pista forestal que nos llevó de nuevo a Serra.


La próxima ocasión llegaremos hasta el Alt del Pi, que se nos ha quedado pendiente.




Os dejamos el enlace del TRACK.


Taller de elaboración de moldes de escayola

El último taller que realizamos esta temporada es un Taller de elaboración de moldes de escayola

El objetivo a conseguir es que los niños aprendan a elaborar moldes de una figura que les guste, para poder reproducir dicha figura tantas veces como deseen.




El taller como es habitual se celebró en el Espai Jove de Vila-real, y nuestra monitora fue Marta Roselló.

En primer lugar queremos avisar de la dificultad del taller, ya que para poder realizarlo en condiciones lo primero que se necesita es tiempo y paciencia. Dos condiciones que con niños es difícil conseguir.

Inicialmente los niños deben construir sus figuras con arcilla.




El segundo paso es la elaboración de la pasta de escayola, simplemente mezclando escayola en polvo y agua.




Una vez se consigue una pasta con cierta consistencia, se coloca la figura de arcilla en un recipiente, y se cubre la misma con la pasta de escayola con bastante espesor. Luego se ha de dejar secar al aire.

Después de una media hora, cuando la escayola ya se ha secado, se desprende del recipiente, y se vacía con cuidado la figura de arcilla.




Una vez completamente vaciado, ya se tiene el molde para poder reproducir la figura tantas veces se quiera.




Se aconseja para realizar el molde, que la figura de barro esté húmeda, porque esto permite que cuando seque la escayola, se pueda retirar la arcilla húmeda con facilidad.

Una vez ya se dispone del molde, para conseguir las reproducciones, éste se ha de untar con jabón blando para luego poder soltar fácilmente la figura de arcilla del molde. La figura se soltará cuando la arcilla esté seca.

La técnica de la utilización de los moldes puede ser por presión, que es la tipología de moldes que nosotros hemos creado: la arcilla se introduce en el molde presionando con los dedos, o por vertido, en este caso la arcilla ha de ser más liquida para poder ser vertida.

Ejemplo de molde por presión.




Ejemplo de molde por vertido.




Por último comentaros que sólo nos salió en condiciones el primer molde que realizó la monitora, el resto de moldes por el poco tiempo que les dimos se nos rompieron. Pero lo importante es que aprendimos la técnica.


¡Ahora el problema es ver quién se atreve a practicar con este taller en casa! Lo decimos porque la escayola queda por todos lados.... Pero se disfruta muchísimo.


Vacaciones en Utiel con niños

El puente de Diciembre nuestros amigos Isabel y Enrique nos prepararon una escapada a la Comarca de Utiel simplemente sensacional, muy bien organizada, y que nos permitió disfrutar hasta el último minuto.

Nos alojamos en el Albergue de Estenas, de reciente remodelación, con capacidad para 32 personas y excelentemente equipado, con habitaciones compartidas, cocina completa, amplio comedor, sala de reuniones y hasta zona de juegos para los niños.

La ventaja de este Albergue, es que es público, por lo que puede ser reservado por asociaciones y grupos por unos precios muy ajustados, lo que permite pasar unos días en un entorno tranquilo y natural con muy poca inversión.




El primer día hicimos una ruta de senderismo cortita que nos sirvió de introducción para conocer la Comarca de Utiel, que se caracteriza por sus viñedos, y de cuya visión disfrutamos durante el paseo: versión para niños de la ruta de senderismo PR-CV 177.2 El Negrete.




El segundo día fue una inmersión cultural por un lado en la actual economía de la zona, cuya riqueza se basa en la elaboración de vino, con su propia denominación de origen, y por otro lado en su historia pasada. Fue un día completo de Visita cultural en el que combinamos las visitas al Museo del Vino de Utiel, al Santuario de Nuestra Señora del Remedio, a las Cuevas de la Villa de Requena y a la Torre del Homenaje, con la adquisición y disfrute tanto de vino como de viandas típicas de la zona: regañadas o sobadas, que son cocas de jamón o sardina, embutidos, etc.




El tercer día fue necesario conocer el Parque Natural de las Hoces de Cabriel, en el que disfrutamos de una espectacular ruta de senderismo compuesta por la ruta naranja de Peñas Blancas y la ruta morada de Ruta geológica-Los cuchillos-Barranco Moluengo.



El cuarto día fue el de regreso a casa, pero Estenes aún tenía una sorpresa para nuestros niños, un vecino tenía un pony con carrito, que nos presentó y que compartió con nosotros, e incluso llevó a los niños.





En resumen, una escapada perfecta, en la que disfrutamos con nuestros niños en la comarca de Utiel de unos días de asueto maravillosos.




Pico de La Ràpita

Siempre compartimos nuestras actividades de ocio con nuestros niños pero en ocasiones también nos permitimos alguna escapadita. ¿Dónde? A la montaña, claro.

Inicialmente teníamos una ruta planeada, pero al encontrarnos un cartel anunciando batida de caza al inicio del camino, nos hizo desistir de la ruta prevista, y como ya era tarde, y nos pilló descolocados, pues fuimos al collado de la Nevera de Algimia de Almonacid y decidimos subir al Pico de La Ràpita como solíamos hacer antaño.




Aunque antes esta subida a la Rápita la combinábamos con la subida al Pic Espadà u otras rutas más decentes, pero al ser ya tarde decidimos esa opción.

Lo primero que nos sorprendió es que habían instalado tablones de madera a modo de escalones para evitar la erosión del sendero y también facilitar la subida.




Luego sólo fue seguir el sendero marcado, tantas veces recorrido.






Una vez pasamos las dos tetas ya dejamos de ver otros senderistas, y el paseo fue como estar solos en la montaña. Caminar, oír los pájaros, oír tu respiración, oír tus pasos sobre las acículas secas de los pinos, oír el viento, oír las ramas crujir al pasar.... Todo esto sólo se disfruta cuando se camina solo.




Finalmente siguiendo el sendero y cruzándonos con las múltiples trincheras existentes a lo largo del camino, llegamos a La Rápita que es el pico más alto de la Serra Espadà, superando en pocos metros al Pic Espadà.






Y allí comimos disfrutando del inmenso paisaje.




Luego tranquilamente volvimos sobre nuestros pasos deshaciendo el camino andado. A medida que íbamos bajando el tiempo iba cambiando, oscureciéndose las nubes, y ya en el último tramo nos empezó a llover, una lluvia fría, que hizo que volviéramos a casa llenos de energía y por supuesto con un resfriado encima.

Pero mereció la pena.

Os dejamos AQUÍ el track de la ruta.





Museo del Chocolate de Colonia

Cuando se planean vacaciones con niños en ciudad, lo primero a organizar es un listado de lugares que les puedan resultar interesantes, y si es invierno, han de estar bajo techo. La típica solución es buscar museos, pero no todos los museos atraen a los niños, hay uno que sí, el Museo del Chocolate.




Nosotros sólo conocemos el de Colonia, y es de visita obligatoria si se viaja a esta ciudad, Imhoff Schokoladenmuseum.

Es un Museo privado. Se fundó en 1993 por el empresario local Hans Imhoff. Este empresario adquirió la marca Stollwerck y la reflotó después de la segunda guerra mundial, posteriormente a su muerte esta fábrica ha pasado a otras manos, pero el museo persiste autofinanciándose sin ayuda del gobierno. Esto lo consigue por lo interesante de su contenido.

En la planta baja, encontramos una exposición con la explicación del origen del cultivo del cacao, incluso podemos visitar un invernadero tropical donde encontramos la planta del cacao. A medida que avanzamos de manera interactiva mediante vídeos, juegos y objetos de exposición podemos aprender su historia, en varios idiomas pero en español no.

Al fondo encontramos una fábrica de chocolate donde se puede ver en directo cómo se mezcla,  se funde y se vierte en los moldes, todo ello por supuesto tras mamparas transparentes protectoras.




Al lado podemos observar también la maquinaria antigua, y así comprobar de primera mano los avances. Tanto en esta planta como en la primera podemos encontrar múltiples moldes de todas las épocas.




Pero lo que más éxito tiene en la planta baja es la fuente de cacao, donde tras una pequeña cola de espera podemos probar un cálido chocolate.






En las plantas superiores podemos encontrar recreaciones de antiguas tiendas de chocolate, distintas máquinas expendedoras de chocolatinas, y múltiples productos de chocolate, carteles y distintos medios de publicidad, que nos permite conocer la variedad y la evolución del chocolate a lo largo de los años.






Y el colofón se tiene al final donde tras un pequeño pago de 4 euros y una media hora de espera puedes conseguir una tableta de chocolate personalizada con los ingredientes que tú quieras.


Y por supuesto dispone de tienda, restaurante... o  sea, que si os gusta el chocolate no os lo podéis perder.