Un día en el Oceanográfico


Hay lugares que aunque ya se han visitado siempre apetece volver tanto a mayores como a pequeños, y uno de ellos es el Oceanográfico de Valencia.

La variedad de especies en los distintos climas es una explosión de formas y colores moviéndose en los enormes acuarios que emociona a los niños.

Lo que más les impresiona por supuesto son los tiburones, y lo que más les gusta al final son los delfines.

La entrada y la comida son un poco caras, pero se puede comprar un bono anual que con casi el mismo precio de la entrada puedes entrar todo el año, o cuando lo visitéis pedir una pulsera para salir del recinto y comer fuera y volver a entrar. No hay excusa para no visitar el Oceanográfico.





 
 

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