Esta mañana ha amanecido lloviendo, y pensábamos que no
podríamos hacer la salida de senderismo prevista, pero al final nos hemos
aventurado por las ganas que teníamos de salir a la montaña, y afortunadamente el
día nos ha salido soleado y perfecto.
La salida ha sido al Parque Natural del Desert
de les Palmes en Benicasim. Para la gente que no lo conozca, el nombre de
desierto hace referencia al término que utilizaban los carmelitas para denominar
los lugares solitarios y alejados donde se dedicaban al retiro, ya de desierto
no tiene nada. Si bien es verdad que las especies arbóreas no son abundantes
por incendios forestales pasados, las especies arbustivas sí son abundantes. En
nuestro paseo nos hemos encontrado madroños, palmitos, rusco, romero, tomillo,
lavanda, ajedrea, enebros, etc.
Nuestro punto de partida ha sido el Centro de Interpretación
de La Bartola, donde nos hemos informado y hemos podido ver una maqueta del
Parque.
Desde aquí hemos seguido el itinerario
hasta el Castillo de Montornés, unos 4 km ida y vuelta que nos ha costado a
paso de niño unas dos horas.
Hemos hecho una primera parada para ver de cerca el Castillo
y la Torre de vigilancia, y la segunda ha sido a uno de los dos aljibes bien
conservados que posee el castillo, construido en el siglo X, en plena época de
dominación musulmana del territorio.
Desde aquí hemos podido disfrutar de unas vistas
impresionantes de la Plana y de las playas de Benicasim y Castellón.
Incluso hemos podido divisar sin necesidad de prismáticos las Islas Columbretes.
Hemos comido a la vuelta, en el área recreativa de La
Bartola y después hemos visitado el área de recuperación de tortugas.
Por último hemos tomado café en el Restaurante del Desierto,
emplazado detrás del Monasterio de los Carmelitas, que merece la pena ya sólo por
las vistas que se tienen desde la terraza, aparte de su carta.
En fin, un espléndido domingo disfrutando de la naturaleza.
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