Planeando las vacaciones,
el hecho de ver esta fotografía nos impulsó a incluir la Reserva Natural de lacorriente de Huchet en la agenda.
De hecho la original
desembocadura hacia el 1822 estaba más hacia el norte que la actual, y con
dirección este-oeste. En aquel tiempo la pesca estaba en pleno auge. Así su
nombre "Huchet" proviente del nombre local utilizado para las trampas
de pesca de peces y anguilas "Huche".
A causa de la deriva
litoral de norte a sur y los vientos dominantes provenientes del oeste hicieron
que los bancos de arena se acumularan en la desembocadura, lo que provocó
inundaciones aguas arriba.
Para solucionar esto, se
empezaron a utilizar técnicas de fijación de dunas, que hicieron que la
desembocadura se desplazara 4 km al sur de la original.
En 1901 el desplazamiento
de la desembocadura continuaba y la Administración decidió la construcción de
empalizadas de madera. Después de 1950 la falta de mantenimiento provocó el
derrumbe de los diques y las dunas continuaron su desplazamiento
Actualmente se realizan
trabajos mecánicos de transporte de sedimentos oceánicos, pero la desembocadura
todavía no está fija.
En este punto la
corriente de Huchet sufre la influencia de las mareas y el aumento de la
concentración de salinidad hace que se encuentren especies marinas como
anguilas, mulas, lamprea y lenguados. También es frecuentada por aves marinas
migratorias: correlimos comunes, tridactilos, busardos ratoneros, pitos
reidores, cornejas, gaviotas sombrías, reidoras, etc.
En cuanto a las marismas,
hace un siglo quedaron secas por la erosión. A partir de 1985 empezaron
diversos trabajos y estudios para reconstruir tres balsas naturales, en las que
actualmente ya crecen juncos y vegetación de ribera, lo que permite el
asentamiento de anfibios y peces. También se pueden encontrar el visón europeo y la nutria. Las
aves a encontrar busardo ratonero, pito real, herrerrillo común, alondras
comunes, cettia ruiseñor, pico picapinos, abubillas, etc.
Nuestro punto de inicio
fue Pichelèbe, donde se encuentra uno de los dos Centros de interpretación de
la Reserva Natural, en el que pudimos adquirir un mapa-guía de la zona en
francés, el único idioma en el que lo tenían.
Iniciamos la ruta marcada
con Départ Itinéraire 6 desde el Centro de interpretación, que empezó por
sendero entre el bosque, con sombra, paseando junto a la corriente.
La marisma formada tras
la duna era idílica pero el calor intenso. La arena del suelo ardía.
Finalmente tras un
recorrido un poco penoso llegamos a la desembocadura.
Y en este punto pasamos
de un paseo casi en solitario a un playa hipermasificada con gente tomando el
sol, haciendo surf, bañándose... otro mundo.
Para acomodarnos en un
hueco tuvimos que badear la corriente, que en la desembocadura lleva una
velocidad importante y resultó dificultoso cruzarla, más aún con todos los
bartulos de playa.
Debido a que se nos
terminaba el agua, y ante la inexistencia de chiringuito alguno en la inmensa playa
donde comprar, decidimos regresar antes de quedarnos sin agua totalmente.
La vuelta fue por un
camino bordeando el límite de la Reserva Natural, y aunque la fotografía es bonita,
en ese momento estábamos acalorados, deshidratados, agotados, con los pies
ardiendo, y con ganas de terminar.
Mirando atrás, podemos
decir que el paseo no salió perfecto porque no íbamos bien equipados, pero es precioso y lo
recomendamos encarecidamente.
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