El Mirador de Rosaire de Cirat

En nuestro fin de semana de escapada a Cirat hicimos una ruta improvisada. Teníamos prevista la Ruta de los Petroglifos, pero el gerente del Albergue Jaramacil nos dijo que sólo podríamos encontrar uno, y en cambio cabía la posibilidad de realizar otra ruta cortita para ocupar la mañana, así que esa hicimos: el Mirador de Rosaire.

Con una breve descripción escrita de la ruta y unas cuantas explicaciones de los vecinos del pueblo respecto al recorrido, nos pusimos a caminar.

Salimos de Cirat por la zona donde se emplaza el polideportivo, y nos encontramos una pista ascendente con una señal de verde y blanca de sendero local que seguimos hasta encontrar un poste indicativo señalando El Rosaire.




Dejamos la pista en ese momento, y continuamos por senda. Una senda empedrada que asciende zigzagueante y nos hace sudar. 









Pero que nos compensa por las hermosas vistas que obtenemos de Cirat. 




Y por los fósiles que nuestro amigo Sebas va encontrando por el camino.

Tras el ascenso llegamos a una explanada, que era nuestro objetivo, donde descansamos. En este punto, nos planteamos si continuar con la ruta, ya que cabe la posibilidad de continuar el sendero, llegar a una pista de bajada y enlazar con el trayecto que lleva al Salto de la Novia. Pero al ir con niños el ritmo no es demasiado rápido, el recorrido faltante de unos 6 km, y teníamos ganas de comer la paella prevista para la hora de la comida.

Así que estuvimos un buen rato buscando fósiles. Buscando y encontrando. Hasta yo encontré un fósil. Los que encontramos son de esta tipología.




Tras el descanso, deshicimos el camino andado, ya esta vez tranquilamente, porque era sólo bajar.

Finalmente conseguimos hacer un buen paseo para abrir el apetito y zamparnos la paella que nos estaba esperando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario