Este año decidimos
continuar con el GR-7, del que ya
hicimos el
tramo Ares del Maestre - Benasal el año pasado. Y por recomendaciones,
continuamos con el tramo siguiente Benasal
- Culla.
El autobús nos dejó en Benasal, y sin demasiada dificultad,
yendo en dirección Balneario de Benasal,
encontramos el cartel señalizador de la ruta.
Así que iniciamos la ruta
siguiendo las marcas blancas y rojas.
Pretendíamos visitar el área recreativa del Riuet, pero como
íbamos charlando y relajados, pasamos de largo el desvío, e incluso pasamos de
largo el desvío hacia la Fuente d´En
Segures, así que tuvimos que volver marcha atrás.
Pero mereció la pena,
porque pudimos almorzar en la Fuente
d´En Segures y llenar las cantimploras de la buenísima agua de Benasal.
Una vez recuperados,
volvimos al sendero marcado y empezamos a caminar de nuevo, y charlando de
nuevo alegremente llegamos a unas masías donde nos dimos cuenta que nos
habíamos vuelto a alejar del GR-7.
Afortunadamente, como el
mundo es un pañuelo, encontramos un conocido de uno del grupo que nos indicó el
camino de vuelta para llegar a la Ermita
de Sant Cristòfol.
Y también nos presentó a Pluto,
un burro muy cariñoso que se hizo fotos con nosotros.
Luego volvimos al sendero
marcado de subida a la Ermita de Sant
Cristòfol, pero después de un largo zigzageo el camino se alejaba de la
misma, así que decidimos llegar campo a través.
Y como siempre mereció la
pena. Las vistas panorámicas preciosas y Culla,
nuestro objetivo, visible.
Seguimos las marcas del PRV-395 hasta conectar de nuevo con el GR-7. Las indicaciones marcaban tiempos
de 30 minutos para un trayecto que nos había costado 2 horas. Así que nos
pusimos en plan serio para no volver a despistarnos.
Una vez llegados al GR-7 anduvimos más atentos, pasamos
unas masías, y entre florecillas y marcas, y los niños que son unos soles y
controlan muchísimo ya la señalización, fuimos disfrutando del trayecto.
Atrás quedaba la Ermita de Sant Cristòfol.
Y el sendero pedregoso
nos llevaba correctamente a Culla.
En un bosque de carrasca, a la sombra, paramos a comer.
Luego ya fue sencillo,
sólo nos quedaba la subidita por Les
Fontanelles y por fin Culla,
donde nos hicimos unos helados y unas cervecitas.
Este tramo del GR-7 es
realmente bonito, pero aconsejamos hacerlo fuera de los días estivales, porque
no hay sombra en todo el camino... Nosotros tuvimos suerte porque el día estaba
nublado, pero si hubiera sido el típico día soleado de Junio nos hubiéramos
achicharrado.
Aquí os dejamos el TRACK.
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